Cómo mantener la CALMA ante un VIRUS (sin perder efectividad)

YA LO TENEMOS POR TODAS PARTES

El famoso coronavirus ya está prácticamente en todas partes.

Queramos o no, ahora mismo el virus forma parte de nuestras vidas. Si me permites la broma, podemos decir ya que el coronavirus es la palabra más 'viral' desde que empezamos la década.

Es verdad que los datos de contagio y de mortalidad no son escalofriantes (por ahora), pero lo que está claro es que el virus ya ha causado los primeros estragos a nivel económico y social.

Confinamiento de personas en Wuhan, ciudad originaria del foco. Eventos de más de 1000 personas prohibidos por las autoridades suizas. No darse las manos en público, declarado por el ministro de sanidad francés. Cierre de escuelas y universidades en Italia. Un sinfín de medidas drásticas que todavía no ha hecho más que empezar.

Hay modelos de predicción de contagio muy optimistas; otros en cambio son bastante pesimistas. Lo que está claro es que la comunidad científica no se pone de acuerdo, por lo que todavía no sabemos muy bien cuál será el alcance real del coronavirus.

NOTA PERSONAL: En mi caso me declaro observador y con mucha curiosidad sobre este fenómeno. No puedo esconder cierta preocupación sobre el impacto real del virus, por eso desde Mornings4 creamos el 1º Think Tank virtual para gestionar el coronavirus a nivel social y económico. Me resulta inquietante cómo avanzará esta epidemia y cómo afectará la actividad empresarial.

Este post no pretende ser un análisis clínico y técnico del coronavirus, para nada. Ahí tengo mucho que aprender (¡muchísimo!).

Este artículo tiene como objetivo buscar soluciones creativas para gestionar el impacto del coronavirus y su posible impacto económico y social. Y lo más relevante para la Neuroproductividad: cómo afecta el virus a nuestro rendimiento.

Si te soy sincero nunca he hablado del vínculo entre un virus y la productividad personal, pero creo que es especialmente útil encontrar respuestas creativas ante una situación novedosa en la que todavía existen muchas incógnitas pendientes (al menos en el momento que fue redactado este artículo).

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LOS EFECTOS COLATERALES DEL VIRUS

El coronavirus ya ha cambiado algunas realidades que parecían empecinadas a quedarse con nosotros. En primer lugar, la contaminación en China ha descendido de forma drástica, sobre todo porque muchas personas están confinadas en sus hogares y no se pueden desplazar por la ciudad. Se calcula que el coronavirus ha reducido un 6% las emisiones globales de CO2.

La contaminación y el rendimiento están más relacionados de lo que parecen, tal como apunta este estudio en el sector académico y este otro artículo científico en el sector financiero.

El segundo cambio más impactante es la eclosión del teletrabajo como la fórmula idónea para que la actividad económica siga viva, un cambio de hábitos 'radical' teniendo en cuenta la negativa que todavía presentan muchas empresas a la hora de trabajar desde casa.

¿Pensando en trabajar desde casa? Te recomiendo este artículo donde hablamos de 7 hábitos para incrementar tu productividad en el teletrabajo.

El tercer cambio, aunque más incipiente, es la aplicación de la educación a distancia tanto en escuelas primarias como en universidades. Este cambio de timón inesperado supone un revulsivo para el sistema educativo, sobre todo por la poca preparación que tienen muchas instituciones del mundo de la educación en este sentido.

¿Son igual de efectivos los cursos online que los presenciales? Aquí como siempre son muy importantes los hábitos de estudio en la esfera digital, y el tipo de estudiantes que están haciendo un curso online.

Durante muchos años diferentes colectivos han luchado por descender la contaminación con iniciativas de todo tipo. Muchas políticas medioambientales se han producido en cuentagotas, hasta que llegó el coronavirus y redujo considerablemente uno de los países más contaminados del mundo.

Hay muchos personas que vanaglorian y evangelizan el teletrabajo, pero hasta ahora son muy pocas las que lo están aplicando de verdad. Ahora va un virus y en un muy poco tiempo cambia las reglas del trabajo convencional.

La educación a distancia es un también una asignatura pendiente en muchas escuelas y universidades. A pesar de todos los esfuerzos para muchas materias a la esfera online, lo cierto es que todavía son muy pocas las personas inscritas en la modalidad 100% digital con relación a la presencial.

Pues bien, el virus contraataca de nuevo. En poco tiempo ha conseguido que, instituciones educativas prácticamente virginales en estos temas, hayan abordado (y aplicado) programas online para sus alumnos por primera vez en la historia.

El miedo al contagio del virus ha sacudido por completo algunos sectores que parecían intocables, y han desatado fenómenos que parecían criogenizados en el tiempo. Estas ideas de Seth Godin ilustran a la perfección el impacto que puede llegar a tener un virus como el que nos ocupa.

Lo queramos o no, el coronavirus ha generado unos cambios que parecían impensables hace unos meses. Seguramente estos cambios no han sido producidos directamente por el virus, sino por los efectos colaterales causados por otro virus que sí paraliza de verdad: el del miedo.

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RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA MANTENER LA PRODUCTIVIDAD ANTE EL VIRUS

El coronavirus es incontrolable. Puede ser que, cuando tengamos una vacuna efectiva, podamos reducir y mitigar sus efectos. Por ahora, poca cosa podemos hacer.

Otra cosa es el impacto social y económico del virus. Ahí sí tenemos mucho que hacer, sobre todo para conocer de qué manera somos capaces de gestionar esa 'incomodidad' que también lastra nuestra productividad.

Porque sí, el impacto del virus a nivel mental también puede ser letal: tanto para las personas que lo minimizan por completo, como para todas las que maximizan sus efectos y sufren una parálisis total…

¿Dónde se encuentra el equilibrio?

Gran pregunta sin una respuesta clara. Cordura y locura en una misma ecuación.

A continuación, me gustaría compartir contigo algunas recomendaciones prácticas para seguir siendo efectivos a pesar del avance del virus a nivel mundial:

 

1# NEGAR VS EXACERBAR: ¿EN QUÉ PUNTO ESTÁS AHORA?

Puedes seguir haciendo lo mismo que haces ahora y no tendría que pasar nada. La tasa de mortalidad del virus no es especialmente preocupante por ahora, pero por supuesto no sería conveniente ningunear a los fallecidos por este virus.

Es verdad que hay otras enfermedades más contagiosas y que matan a mucha más gente, pero este virus ha creado más pánico que la gran mayoría de enfermedades existentes en todo el mundo (y en un muy poco tiempo).

  • Hay personas que directamente deciden negar la existencia del coronavirus. Prefieren vivir como si no pasara nada, como si todo esto fuera un brote puntual con una fecha de caducidad cercana. Evidentemente todavía no tenemos pruebas sólidas de que sea así, pero si no ayudamos a contener el virus lo más probable es que termine contagiando cada vez más a gente (con todo lo que implica). Negar la situación puede llegar a empeorar y a engrosar la lista de afectados si no se toman determinadas protecciones básicas. Un solo caso de coronavirus contraído por un colaborador puede cambiar radicalmente la forma de trabajo de una empresa. Mira los casos de HSBC en Londres y Ernest & Young en Madrid.

  • Otras personas entran en estado de pánico con sólo saber que hay un nuevo virus circulando. El pánico genera parálisis y provoca reacciones irracionales. Intentar concentrase cuando uno está instalado en el pánico es lo más cercano a una utopía. Obviamente existen motivos para estar preocupados, pero otra cosa muy distinta es dejarse vencer por el miedo. El pánico exacerbado genera conflicto entre los diferentes colaboradores (que tienen visiones distintas) y reduce considerablemente el rendimiento global de la empresa. Además, la persona que entra en pánico suele abusar del consumo de noticias, con las consiguientes consecuencias para nuestra productividad.

Ambas posiciones resultan un verdadero problema para la productividad, una por omisión y la otra por exceso. La productividad de la persona se encuentra en el equilibrio: hay que entender que existe un problema social sin caer en el alarmismo extremo. Es verdad que los medios de comunicación pueden ayudar a propagar el virus del miedo, pero al final la última decisión sobre nuestra percepción del virus la tomamos nosotros.

2# HAY QUE LEGITIMAR EL MIEDO

A veces cuando queremos tranquilizarnos, intentamos calmar a todo el mundo para podernos sentir mejor. Como dice el refrán: ‘consejos vendo, que para mí no tengo’.

Déjame decirte algo: está bien que la gente sienta miedo. Otra cosa es que las personas tengan miedo por un período de tiempo demasiado largo, entonces sí que puede tener consecuencias perniciosas.

Hay una situación muy habitual que solemos hacer los padres con nuestros hijos. Imagínate que nuestro hijo/a está corriendo y se cae. En ese preciso instante, muchos padres exclamamos rápidamente la famosa frase “no pasa nada, ya pasó”. Esto sería un caso flagrante de invalidación, ya que: a) no tenemos en cuenta lo que siente el niño/a en ese momento; y b) imponemos una determinada forma de pensar en base a nuestras creencias.

Lo mismo está sucediendo en muchas empresas, debido a que a veces tratamos de invalidar el miedo de otros colaboradores. Está bien dialogar y entender qué le preocupa a cada persona, seguramente tiene una visión muy distinta del alcance del coronavirus.

  • Es importante preguntarles a las personas cómo se sienten ante esta nueva situación. Respetar y aceptar las emociones de nuestros compañeros es vital para que exista un entendimiento en el equipo. Seguramente las visiones ante el virus sean muy diferentes entre cada persona, por eso especialmente interesante poder abordar las emociones desde un punto de vista respetuoso y constructivo.

  • Es importante consensuar un plan de acción acordado con el resto del equipo. Si las personas no se sienten cómodas en las oficinas, es una buena opción optar por implementar un buen sistema de teletrabajo (siempre que sea posible). Si es preferible no hacer reuniones presenciales y hacerlas online, hay que buscar soluciones para encontrar una estrategia que contente al equipo y sea fácil de integrar. Si hay que evitar las comidas en grupo para que las personas se sientan más tranquilas, la idea es buscar soluciones para encontrar un consenso con el equipo. Estas políticas temporales ayudan a respetar y a facilitar el trabajo dentro de una empresa u organización.

  • Es importante conocer la situación personal y familiar de cada persona. Es bueno conocer cuál es la situación de cada persona para entender mejor su contexto actual. Si una persona ya sufrió los efectos de alguna enfermedad previamente, es probable que sea más susceptible ante la amenaza del coronavirus (o cualquier otro virus). Si una persona tiene personas mayores en casa (o las cuida de forma habitual) o está en contacto con personas de riesgo, es preferible ajustar un plan de acción individual para cada caso particular.

 

3# PROCURA NO BLASFEMAR DEMASIADO POR EL VIRUS

La queja también es un virus de grandes dimensiones, y sobre todo con un gran poder de contagio.

Mucha gente está preocupada y resentida porque le han anulado reuniones, entrevistas, citas comerciales o eventos multitudinarios. Está bien manifestar ese momento de rabia anterior por la situación actual (queja terapéutica), pero no debería ser la excusa perfecta para convertir la rabia en un hábito crónico (queja patológica).

  • La queja patológica es un torpedo para la productividad del equipo, ya que genera mucho ruido mental que se acaba traduciendo en malestar con el resto de los compañeros. Nadie tiene un especial interés en escuchar una y otra vez las desgracias del coronavirus, así que la ‘contención’ será clave para evitar que el virus se convierta en la excusa para todo (incumplimientos, conflictos, desencuentros…).

  • Más que justicieros, lo que buscan las empresas son personas resolutivas. Buscar causas externas (virus) sobre el mal funcionamiento del equipo tiene las alas muy cortas, así que es preferible buscar soluciones prácticas para no caer en un victimismo infantil y destructivo para los intereses del equipo y de la empresa.

  • Invertir mucha energía en situaciones que no puedes controlar supone una condena para tu productividad. La tienes secuestrada por tus pensamientos intrusivos sobre el virus. Si tus clientes no quieren verte de forma presencial, haz reuniones online. Si tus servicios son presenciales y tus clientes potenciales no quieren nada que implique una reunión de personas, adapta tus servicios a la esfera online. Tener una mirada resolutiva puede ayudar a encontrar soluciones creativas para evitar una crisis social y económica todavía mayor.

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4# APRENDE A DOMINAR TU ATENCIÓN ANTE UNA AMENAZA

Ante un fenómeno como el coronavirus, resulta bastante complicado no consulta la prensa continuamente para conocer el avance de la epidemia.

Es normal, no hay que fustigarse por ello. El tema es cuando se convierte en un hábito demasiado frecuente que puede hacer añicos nuestra productividad.

Algunas acciones que puedes realizar:

  • Limita el consumo de noticias en un momento concreto del día. En vez de comprobar frecuentemente la llegada de nuevas noticias sobre el coronavirus, busca un espacio al día (o dos como máximo) para actualizar todas las novedades. Si lo hacemos de forma constante, estaremos boicoteando nuestra capacidad de atención y dinamitaremos nuestra efectividad.

  • Alterna la actualidad con otro material de interés que tengas pendiente. Si centras tu actividad en el consumo de noticias sobre el coronavirus, terminarás hablando todo el día sobre lo mismo (y alimentarás el virus del miedo). Estos momentos de ‘histeria’ colectiva pueden ser una buena oportunidad para revisar material que tengas atrasado y que te hace ilusión consultar.

  • Aprende de los casos más extremos en tu entorno. ¿Cómo se comportan aquellas personas que pasan de todo y que no ven ninguna amenaza en el virus? ¿Cómo se comportan aquellas personas que han entrado en ataque de pánico y que son incapaces de concentrarse ni siquiera unos minutos? Aprender de los extremos es una excelente opción para encontrar el equilibrio. Como ya comentábamos en la primera recomendación práctica, entre la negación y el pánico hay una escuela de aprendizaje conductual y emocional.

Si tienes dudas sobre cómo mejorar tu capacidad de atención, te recomiendo este artículo con la mejor técnica para incrementar tu concentración. Si en cambio estás buscando las causas por las cuales nos desconcentramos, este artículo sobre atención y distracción es para ti.

5# EN CASO DE AGOBIO, SIGUE LAS REGLAS DE ORO DE LA PRODUCTIVIDAD

Está claro que las noticias sobre el virus no ayudan a mitigar la sobrecarga laboral.

Al contrario, la difusión mediática del virus genera todavía más ruido mental que hace que rindamos peor y con menor intensidad.

Si queremos evitar las ‘fugas’ de productividad mientras trabajamos, te invito a seguir las siguientes reglas de oro de la productividad personal:

  • Haz las tareas más pequeñas de lo habitual. Si normalmente tus tareas tienen 1 hora de duración, trocéalas para dejarlas en 20-30 minutos. En situaciones de estrés y de sobrecarga de información, es mucho mejor tener pequeñas tareas fácilmente alcanzables que trabajar en macrotareas demasiado grandes. Con esta técnica: a) conseguirás aumentar la sensación de logro mucho más rápido; b) reducirás la dispersión que generan las distracciones cuando haces macrotareas.

  • Gestiona mejor tu energía ante situaciones conflictivas. Administrar tu energía será esencial para no terminar agotado durante el día. Si todavía tienes dudas sobre cómo gestionar tu energía, en este artículo te cuento los mejores consejos para aprovechar al máximo tu energía mental.

  • Ejecuta más tareas operativas y menos estratégicas. Toma menos decisiones importantes. En medida de lo posible, aprovecha para profundizar más en la táctica que en la estrategia. Obviamente hablamos de una recomendación a nivel puntual, al menos hasta que amaine la hiperventilación mediática que tenemos sobre el coronavirus.

 

6# ELIMINA PROYECTOS PENDIENTES

Si la crisis del coronavirus se extiende y cada vez más afecta a más personas, está claro que muchos objetivos empresariales tendrán que replantearse de una manera u otra.

Una situación así puede ser un buen antídoto para dejar de acumular objetivos y proyectos pendientes, para darnos cuenta que muchos de ellos están obsoletos y que necesitamos una limpieza general de nuestro sistema.

  • Elimina proyectos pendientes y reenfoca los actuales. No podemos hacerlo todo, eso está claro. Muchas veces por apego decidimos mantener proyectos en la nevera/refrigerador para no renunciar a nada, cuando realmente ya no tienen ningún sentido. La ‘excusa’ del virus es un buen motivo para replantearse algunos proyectos y renunciar a los que siguen estancados.

  • Negocia con los responsables del proyecto y reestablece fechas límite. Teniendo en cuenta la situación actual, es muy probable que algunos proyectos tengan que posponerse. Sectores como las aerolíneas o la hostelería tendrán que cambiar muchos de los proyectos previstos y cambiar las fechas límite inicialmente planteadas.

  • Plantea tus proyectos a 1 mes vista. En vez de plantearte proyectos a muy largo plazo, establece las fechas límite a muy corto plazo. Como probablemente pueda haber muchos cambios inesperados en el transcurso de las próximas semanas, es mejor avanzar rápido sin comprometer al equipo y dedicar demasiados recursos económicos.

Si te sientes muy agobiado por el exceso de proyectos y tareas, te invito a leer este artículo para rebajar tu ansiedad cuando tenemos un pico de trabajo.

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 ¡Ahora es tu turno! ¿Cómo estás viviendo el fenómeno del coronavirus? ¿Es un tema que te preocupa o piensas que no tiene prácticamente ningún impacto? ¿Cómo cambiaría tu forma de trabajar en caso de que el virus avance y se pueda producir una pandemia? ¿Qué beneficios y aprendizajes crees que nos puede aportar este virus? Déjame tus impresiones en el apartado de comentarios : ) ¡1000 gracias!

¡Un abrazo!

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